Danny Elfman – Big Mess (Anti-, Epitaph, 2021)

Lo primero que se me vino a la cabeza cuando escuché este disco es que Danny Elfman había hecho por primera vez su propia banda sonora, la de su vida, o al menos la de su vida en estos tiempos extraños. Esta vez no debía musicalizar la película de otro director, pues él ha sido el responsable de inolvidables (¿?) soundtracks, entre los que destacan Beetlejuice, El Hombre Manos de Tijera, Big Fish, Dick Tracy, Good Will Hunting y Hombres de Negro, por nombrar solo algunos. Como si fuera poco, además es el creador de la canción principal de Los Simpsons.

Este peculiar personaje, quien también es, o fue, el líder de Oingo Bongo hasta mediados de los 90’s, nos entrega su primer disco solista en 37 años y desde la portada o el arte empiezas a entender a lo que te vas a enfrentar: bienvenidos a su bizarro y psicopático mundo. De hecho encontré muy cool que las primeras palabras del disco sean un “lo siento mucho”, casi como disculpándose por todo lo que se viene.

Son 18 canciones que resultaron como respuesta a un proceso en el que dejó fluir su creatividad y en donde encontró su inspiración en lo que está pasando actualmente en el mundo a nivel político y social. Por ejemplo, en “Choose Your Side” samplea a Trump y repite “choose your side, just choose your side!”. En “Love in the Time of Covid” no deja pasar la pandemia que nos afecta globalmente, y así. Todo esto expresado a través de letras tan personales como simples/crudas/rabiosas que no dejan a nadie indiferente.

El disco en sí es muy difícil de categorizar y eso lo hace muy atractivo. Elfman te saca a pasear por su montaña rusa creativa y vomita música industrial, guiños a Frank Zappa, sonidos-ruidos sinfónicos-orquestales y cuerdas de cámara. Todo este menjunje ejecutado por tremendos músicos entre los que destacan Josh Freese (Nine Inch Nails, Devo, A Perfect Circle, Sting, entre otros) y Robin Finck (Nine Inch Nails, Guns n’ Roses), entre otros.

En definitiva, y al terminar de escuchar el disco por tercera vez, me hace sentir algo similar al teatro. Siento que va por actos (de hecho las canciones están divididas en 2 discos), y literalmente te saca a pasear por diferentes escenarios que tienen como punto en común la oscuridad, los miedos y el sacar a la luz este desastre. No cualquier desastre, un gran desastre, tal como lo escupe Elfman.