Lysol – Soup for my family (Feel it Records, 2021)

Este disco lo descubrí de casualidad el 30 de julio, el mismo día de su publicación. En realidad, estaba buscando el bandcamp de Smirk y me topé con Lysol – “Soup for my family”. Al principio no enganché y abandoné a la segunda canción. Al día siguiente me lo encontré en el sitio de una distro. Ahí estaba de nuevo. Con su portada, sus focos alumbrando y su par de dados.

Segunda oportunidad. Escuché las once canciones.

Caló un poco más, pero también abandoné. 

A los pocos días me di cuenta que inconscientemente masticaba un chirrido de guitarras entre cortadas que resultaron ser el comienzo de la canción Ego death, de este primer larga duración de la banda, luego del caset “On the Corner” (Perennial Records, 2016).

Algo me pasaba con este disco que las dos primeras canciones no me gustaban. Pero tras varias vueltas, lo que en un momento me parecía incómodo, se hacía cada vez más familiar. A partir de la tercera canción logré escucharlos desde distintos ángulos y comenzó a emerger un tridente reptil compuesto por los gritos de Iggy, una banda hardcore y el garage ácido de los Teengenerate.

Rock fuerte, rápido y a mano suelta. Y todo a la mierda. Psicópatas inclasificables, primitivos e intensos.

Feel it Records está en racha, de eso no hay duda. Su curatoría mezcla magistralmente la diversión, la rabia y la mierda. Esta no es la excepción, porque en 23 minutos Lysol no da respiro. Y el disco se acaba antes de lo que esperas porque Soup for our family, canción que cierra el disco, es un himno hipnótico que no te suelta y tú no quieres que te suelte.

Un dato relevante es que Lysol son unos mozalbetes que se mueven en la escena punk de Seattle y Olympia, o sea: manifestaciones, grunge, George Floyd y una ciudad que actualmente discute la disminución del financiamiento policial. Pertenecen a un mundo crítico del sistema y de mucho activismo. Y eso se nota en los aullidos, en lo sucio del sonido, en la tensión. Está todo ahí.

Ellos dicen que su sonido está influenciado por la forma en que Brown Sugar incorporaba guitarras garage-rock sobre una base hardcore. Y es que, en realidad, es eso. Y les sale muy bien.