Lingua Ignota – Sinner Get Ready (Sargent House, 2021)Nicolas Curotto·18/01/2022ColaboradoresReseñas Hay un par de segundos en I WHO BEND THE TALL GRASSES, la segunda canción de “Sinner Get Ready”, que literalmente hicieron que mi cuerpo se sacudiera de incomodidad. La expresividad y versatilidad de la voz de Kristin Hayter mientras le pide a Dios que mate a una persona es tal que no puedo evitar sentir empatía, disgusto y miedo, a veces simultáneamente. Y aún así, a la mitad de la penúltima canción MAN IS LIKE A SPRING FLOWER, se me generó una sensación de elación musical completa, con piel de gallina en mis brazos y esa emoción que sientes cuando descubres un disco especial. Ese es el encanto de “Sinner Get Ready”: es un baile al borde del abismo, un balance precioso entre lo divino y lo profano. Esto último no es una expresión exagerada para referirse a un contraste entre extremos. Como el título del disco lo sugiere, es una reflexión sobre la religión y lo que lleva a hacer a los humanos y como lo que los humanos hacen, a su vez, determina nuestra concepción de Dios. Lingua Ignota ganó notoriedad hace un par de años con “Caligula”, un disco ultra personal donde Kristin exorcizó demonios de abusos y misoginia de su pasado, al frente de una paleta musical donde conviven noise, industrial, black metal y música clásica. Para este nuevo disco, sin embargo, Kristin elimina casi toda traza de estas influencias, exceptuando la música clásica y unos cuantos pasajes disonantes en la primera canción THE ORDER OF SPIRITUAL VIRGINS (y las vocales de I WHO BEND THE TALL GLASSES, que claramente mantienen inspiración metal). Para complementar los pianos y las operáticas vocales, Lingua Ignota incorpora influencias del folklore de la zona de los Apalaches (en el este de Estados Unidos) y samples de fervorosos creyentes y pastores evangélicos. Esta mezcolanza pinta una imagen de una ruralidad tenebrosa, en la que la devoción religiosa se traslapa con la enfermedad mental, con el abandono y con la pobreza. La sensación que me genera este disco es similar a la que me dejó la primera temporada de True Detective. La escalofriante MANY HANDS, por ejemplo, construida en base a un drone de instrumentos apalaches, es un rezo de devoción, pero putrefacto. Tras un trio inicial de canciones extremadamente agresivas e incomodas, la sección intermedia del disco, desde PENNSYLVANIA FURNACE hasta PERPETUAL FLAME OF CENTRALIA se vuelve más reflexiva. Esta última canción es una hermosa balada en piano inspirada en el pueblo fantasma de Centralia, ubicado en la parte rural del estado de Pennsylvania, el cual fue abandonado progresivamente luego de que en la década de los sesenta un incendio en un vertedero prendió fuego a una mina subterránea de carbón. El fuego subterráneo lleva más de 50 años ardiendo y según estimaciones tiene suficiente combustible para seguir ardiendo por más de 200 años. Si bien estos pasajes reflexivos son comparativos refugios en el tracklist, la atmosfera general del disco es de una tensión inconmensurable, un delirio inspirado en tradiciones judeo-cristianas y aderezado con altas concentraciones de monóxido de carbono en la atmosfera. Esta tensión es liberada maestralmente en la ya mencionada MAN IS LIKE A SPRING FLOWER, donde el corazón del hombre es comparado con hornos, orquídeas y la séptima puerta del infierno. El pasaje culmina en una avalancha de instrumentos acústicos y armonías vocales que marchan al abismo en, sencillamente, uno de los mejores crescendos que he escuchado en mi vida. La conclusión es que el corazón del hombre es imposible e insoportable de sostener, que nadie es suficiente para hacerlo y que el amor tampoco lo es. Y así, luego de deconstruir las relaciones humanas desde este prisma devoto y secular, solo queda el cierre. THE SOLITARY BRETHREN OF EPHRATA es un hermoso himno religioso que uno podría escuchar en alguna capilla. Versos como “el paraíso será mío” seguido de frases como “la fealdad es mi hogar” o “la soledad mi pastor” corroboran que no estamos en la casa de Dios, pero tampoco en el infierno. No es más que el ordinario, sucio y a veces inspirador mundo humano. “Sinner Get Ready” es un bello y escalofriante ejercicio de una espiritualidad en crisis y de los macabros rincones de la humanidad que se asoman detrás del velo. Lingua Ignota – Sinner Get Ready (Sargent House, 2021)8.7Nota