Artsick – Fingers Crossed (Slumberland Records, 2022)

Artsick se formó a mediados de 2018 en Oakland, California, cuando Christina Riley (Burnt Palms) se asoció con Mario Hernández (Kids On A Crime Spree, Ciao Bella) en la batería y Donna McKean (Lunchbox, Hard Left) en el bajo.

Ese mismo año publicaron el single homónimo (Yr First Crush Records, 2018), el cual les significó una serie de buenas reseñas en medios independientes.

Y ahora, comenzando el 2022, están de regreso con la publicación de su primer álbum debut “Fingers Crossed” (Slumberland Records), un disco liviano y entretenido y de fácil escucha, que recorre un amplio espectro de lo que se puede entender como música indie o indiepop, pasando por el punk noventero (a mi me recuerda a Tilt pero un poco más lento), y por la escena C86 (Talulah Gosh) y ese sonido neozelandés tipo The Clean (primeros Ep´s) que fue impulsado por el sello The Flying Nun Records.

“Siempre me sentí atraída por las guitarras difusas, las melodías con emoción y canciones con urgencia”

Christina Ripley.

Ganchos infalibles

Tras la disolución de su banda anterior, Burn Palms, Christina Riley quiso sacarse el mal trago con la creación de nuevas canciones, apodando este nuevo proyecto como Artsick. Para ella, el antídoto para este malestar, era regresar a lo básico con una entrega difusa y disonante de power pop, indie, punk y un post punk de sonido optimista.  

En el disco, los tiempos son rápidos y la banda ejecuta de forma casi casual, mientras la voz de Riley, cargada de reverberación, saltarina y mordaz, arroja dardos ponzoñosos a la cara de sus enemigos, con cruda sinceridad y ganchos directos de música pop.

El disco completo me parece una delicia. Muy veraniego. Y me gusta la química que se forma entre las partes; una sección rítmica inquieta, que compensa el sonido crudo de la guitarra de Riley.

El resultado de todo esto son 11 canciones que, si bien tienen un tono similar, encuentran su fortaleza en la enérgica descarga de cada composición.

Artsick – Fingers Crossed (Slumberland Records, 2022)
7.6
Nota